Construcción en tierra

La arquitectura en tierra es capaz de brindar alternativas tecnológicas al despilfarro energético de otras técnicas. Cúpulas, bóvedas, arcos y contrafuertes sustituyen con éxito y eficiencia al hierro y al hormigón. Los espacios creados con estas formas crean unos ambientes de armonía y belleza.

El adobe

• Definido como un material humilde, propio de arquitecturas vernáculas, el actual interés que suscita el adobe en ámbitos académicos y la práctica profesional actual, evidencian la energía con la que éste sigue vigente.

El término procedería del signo jeroglífico egipcio ‘tob’, que significa ladrillo, y que se incorporó posteriormente a otras lenguas, entre ellas al árabe como ‘at-tub’ o ‘atobe’, del que deriva el castellano ‘adobe’. La historia evidencia la antigüedad de este material de construcción compuesto de una mezcla de arcilla, arena, paja y otros componentes orgánicos que distingue la arquitectura de diferentes regiones y culturas.

Se trata de un material que proporciona unos niveles de climatización óptimos en zonas muy áridas.

Mantiene una temperatura estable en el interior del edificio y evita el recurrir a métodos artificiales. Requiere sistemas de construcción muy sencillos y es capaz de adaptarse a diferentes tipologías arquitectónicas.

• El gran arquitecto egipcio Hassan Fathy revivió las arcaicas técnicas constructivas y elementos vernáculos de las arquitecturas mediterráneas y norte-africanas : cúpulas, arcos nubios, patios interiores, elementos que brindan solidez, belleza y armonía, a un coste muy inferior al de las estructuras industriales convencionales.

La altura de los arcos, la disposición de patios, el tamaño de las ventanas generan una estructura sólida y espacialmente amplia, aclimatada gracias a las propiedades del material y a la adecuada penetración de la luz solar y el aire.